Nuevas cuotas de autónomos 2023 – 2031: pros y contras

 En Asesoría del Levante queremos aportar nuestro punto de vista al debate abierto por la propuesta del ministro Escrivá del nuevo sistema de las cuotas de los autónomos.


Supone un cambio estructural de mucho calado, unas nuevas reglas del juego para los autónomos y el emprendimiento. Con un gran impacto a futuro para el país.

Así que hemos evaluado los pros y contras. Para que cada uno haga su valoración.

Por nuestra parte vemos más sombras que luces y creemos que la propuesta se centra demasiado en cuadrar las cuentas de la Seguridad Social y no tiene en cuenta el “plus de riesgo” que supone emprender y ser autónomo.

Vemos bien que se actualice el sistema, pase a ser progresivo y suban las cuotas, pero creemos que es una subida excesiva.

Además, un tema de tal trascendencia creemos que merece el mayor consenso político. Y también entre las distintas asociaciones de autónomos.

Está en fase de tramitación así que todavía estamos a tiempo de que se adapte y mejore.

Resumen de la propuesta de cuotas de autónomos 2023 – 2031

Para situarte rápidamente puedes consultar la propuesta del gobierno en este otro post.

Se resume en que de los 294 euros actuales de cuota fija mínima se pasará a un sistema progresivo de 13 tramos en función de los ingresos, que se implantará a lo largo de 9 años, de manera que en 2031 la cuota de autónomos podrá variar entre 184 y 1.267 euros.

Aquí debajo tienes la tabla de cómo quedarán las cotizaciones en función del volumen de ingresos y los listados de pros y contras:




Motivos a favor de la reforma de la cuota de autónomos

Un sistema progresivo es algo justo: quién más gana, más paga. Igual que con el IRPF o la seguridad social de los trabajadores por cuenta ajena.

Hace años que se viene pidiendo adecuar la cuota de autónomos a los ingresos reales. La cuota fija mínima es un sistema anticuado e injusto. No tiene sentido que pague la misma cuota un autónomo que gana 500 € que uno que gana 4.000 €.

Mejorar la protección social de los autónomos: la pensión media de los autónomos es el 59,4% de la que reciben los trabajadores del régimen general, 794 € frente a 1.338 €. Y también las prestaciones por baja por enfermedad son mucho menores.

Y eso es así porque el 85% de los autónomos cotiza por la base mínima. Y aunque existe la opción de cotizar más, muy pocos lo hacen. Así que una subida parece razonable.

Sostenibilidad del sistema de pensiones de la Seguridad Social: el sistema actual es un agujero inviable que exige cambios. Es algo sabido por todos.

Más pronto que tarde había que ponerse con ello. Y bueno, la pandemia y los requisitos de Europa para acceder a los fondos de recuperación han acelerado el cambio. Que además venía recomendado por el pacto de Toledo sobre las pensiones.

Reducción de la cuota para los que menos ganan: según el Gobierno, dos terceras partes de los autónomos se verán beneficiados. En la práctica serán los que ganen 900 euros o menos.

Flexibilidad para adecuar la cuota a lo largo del año: se contempla la posibilidad de modificar 6 veces en el año el importe para irte adecuando a los ingresos que tengas a lo largo del año.

Motivos en contra de la reforma de la cuota de autónomos

Equipara en obligaciones dos realidades laborales muy diferentes: la del autónomo con el régimen general, ya que las cuotas planteadas suponen llegar casi al 28,3% que en el régimen general se cotiza por contingencias comunes.

El problema es que no se valora la “prima de riesgo” que supone emprender: incertidumbre de ingresos, más estrés, reinvención constante, más horas de trabajo y menos vacaciones como se refleja en el Estudio Nacional del Autónomo (ENA).

Ni se valora tampoco el “plus” que los autónomos suponemos para la economía como dinamizadores de la actividad y el empleo.

Realmente nuestra realidad es muy diferente a la del funcionariado o la de los trabajadores de largo recorrido por cuenta ajena, con convenios colectivos o trienios.

Desincentiva el emprendimiento y el autoempleo, al perder la flexibilidad de elegir cómo ahorrar: ya que acaba con una de las pocas ventajas que tiene ser autónomo: la flexibilidad de elegir entre más ingresos a corto plazo (para reinvertir o tener un colchón de seguridad) o más pensiones y prestaciones.

Es algo que los autónomos sabemos y venimos paliando mediante planes de pensiones y seguros privados. Y si se hiciera un referéndum sobre este tema entre el colectivo de autónomos, seguramente veremos que preferimos esta flexibilidad.

Medidas de este tipo contribuirán a potenciar el atractivo del funcionariado y el trabajo en grandes empresas frente al emprendimiento y el autoempleo. Y eso no es bueno para convertirnos en un país dinámico y de primer nivel.

Cambio de reglas del juego que deja en fuera de juego a los mayores de 45: que lo tienen mucho más difícil para encontrar una alternativa a ser autónomo, bien en forma de trabajo por cuenta ajena o consiguiendo un empleo público.

Los autónomos lo tendrán más difícil para contratar: lógicamente, al tener mayores costes, les será más difícil contratar trabajadores.

Los autónomos tendrán que subir mucho sus precios para mantener su poder adquisitivo: y esto no será fácil ni posible para muchos de ellos, ya que sus clientes no lo soportarán. Y los que si puedan subir precios impulsarán a la inflación.

Incentivará la economía sumergida: entre los que más ganan, porque tratarán de contener ingresos para no saltar de tramo. Y entre los que menos ganan, porque la cuota sigue siendo lo suficientemente alta como para que la economía sumergida se mantenga.

Salida de autónomos a países con mejor tributación: sobre todo por parte de aquellos que puedan trabajar en remoto. Andorra, Gibraltar, Estonia o Reino Unido serán residencias fiscales que ganarán en atractivo.

El paro de los autónomos no aparece contemplado: de esto no se ha dicho nada, entendemos que seguirá siendo una cotización adicional como hasta ahora, con derecho a unas prestaciones muy limitadas.

Modelo inspirado en economías europeas más potentes: dónde se mueve más dinero, hay más industria, empresas globales y resulta más fácil para los autónomos conseguir niveles de facturación dignos.

Y dónde por cierto hay menos autónomos en comparación: 8,3% en Alemania, 9,6% en Suecia o 12,1%  en Francia, frente al 16% en España (fuente- Eurostat).

Falta de consenso político y entre las asociaciones de autónomos: un cambio estructural de este calado debería ser pactado por los principales partidos. Algo que sabemos que hoy en día parece una quimera.

Al menos sería recomendable que las asociaciones de autónomos sí estuvieran de acuerdo en una única propuesta. Sobre todo dado que las que están participando en las negociaciones están muy vinculadas a la CEOE y los sindicatos.

Motivos en contra por la cuantía de la cuota a partir de 2023

Hemos dejado para el final estos motivos que tienen que ver con el análisis del importe de las nuevas cuotas de autónomos:

Insuficiente y tardía rebaja para los que ganan poco: las reducciones son menores a lo esperado. Si ganas por ejemplo 700 euros seguirás teniendo que pagar 244,80 euros, una cantidad inviable para que merezca la pena ser autónomo.

Y si ganas menos de 600 euros, en 2027 seguirías teniendo que pagar 232,6 € y en 2031, 183,6 €. Eso solo es viable si tienes otro trabajo.

Y si como dice el Gobierno, 2/3 de los autónomos se van a beneficiar, eso quiere decir que 2/3 de los autónomos no llegan ni al salario mínimo. Cuesta creerlo, suponemos que se asume que hay economía sumergida. Y que la tarifa plana sostiene temporalmente a un alto porcentaje de autónomos.

Considerable subida para los autónomos de clase media: el salario medio en España se sitúo en 2020 en 2.038 € brutos al mes.

Un autónomo que, después de gastos, tenga ingresos por 2.038 € tendrá que pagar 474 €/mes en 2027 y 596,7 €/mes en 2031, el doble. Eso supone una subida de 3.636 € al año.

Entonces, para mantener esos ingresos de 2.038 €, realmente tendrá que tener unos ingresos de 2.898 €, ya que cambiará de tramo y tendrá que pagar una cuota de 860 €/mes.

Si a eso le sumamos una media de 430 euros de gastos mensuales (asesoría, software, web, Internet, community manager, ordenador, publicidad, etc.), nos vamos a que un profesional freelance medio tiene que facturar 40.000 €+ IVA al año para ganar el salario medio.

Y para la gran mayoría no es fácil ni posible llegar a 40.000 €. Si ya hay muchos autónomos en situación de cierta precariedad, la situación empeorará.

Elevadísima subida para los que más ganan:  aquí el impacto es todavía mayor, un autónomo que gane 4.000 €/mes tendrá que pagar 474 € de cuota en 2027 y luego se le disparará la cuota hasta 1.123 € en 2031.

Con los cambios que se avecinan, te recomendamos que dejes todo en manos de una gestoría profesional para poder centrarte exclusivamente en vender y gestionar la producción y el negocio.

Vale, y ahora que ya conoces los pros y contras, ¿tú que opinas?

Te leemos en comentarios.


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